El coste total de los productos comprados lo constituye el precio de compra más los costes añadidos debidos a los rechazos, reelaboraciones, demoras, fallos en servicio y otras consecuencias de la baja calidad del proveedor. Estos costes añadidos, exceden notablemente algunas veces del ahorro que ha significado comprar de acuerdo con la oferta más baja.